Saturday, June 25, 2011

VIGILA TU TIROIDES

Vigila tu tiroides




¿Sabías que padecer hipotiroidismo afecta a la fertilidad y aumenta el riesgo de aborto? Además de acarrear síntomas físicos, el desequilibrio de la función tiroidea influye de forma negativa tanto en el estado de ánimo como en la libido sexual. Si estás planificando tu embarazo, no la descuides y hazte un chequeo completo.


Victoria lleva más de tres años luchando contra su cuerpo. Inmersa en un calvario de tratamientos para conseguir quedarse embarazada, su moral está minada y los consejos de que no se obsesione le sientan mal. Hasta hace seis meses, había seguido al pie de la letra todas las recomendaciones de los especialistas: mantener relaciones sexuales a una hora determinada, aplicarse inyecciones para madurar el óvulo, someterse a pequeñas intervenciones... Al final, tiró la toalla y decidió darse un tiempo. Casi por casualidad, acudió a un endocrino para seguir un régimen de adelgazamiento y cuál fue su sorpresa cuando éste, tras realizarle unas pruebas de tiroides –una glándula en forma de mariposa ubicada en la parte delantera del cuello–, descubrió que Victoria sufría hipotiroidismo, más exactamente tiroiditis crónica autoinmune o de Hashimoto. Éste podría ser el origen de sus problemas para concebir un hijo. ¿Cómo era posible que, durante más de tres años, nadie le hubiera dicho que padecía esta enfermedad ni que pudiera ser causa directa de su infertilidad? Hoy, tras ocho meses de tratamiento, Victoria está embarazada de 14 semanas.


ESTUDIO COMPLETO


Los trastornos de la glándula tiroides son relativamente frecuentes durante la edad reproductiva de la mujer. Según la Sociedad de Endocrinología, aproximadamente una de cada 100 mujeres en edad fértil sufre hipotiroidismo. Además, el riesgo de desarrollarlo aumenta con la edad, un dato significativo si se tiene en cuenta que cada vez es más frecuente que las mujeres retrasen su maternidad.

El doctor Franco Sánchez-Franco, jefe del Departamento de Medicina y del Servicio de Endocrinología del Instituto de Salud Carlos III de Madrid, es muy estricto en este sentido: “Toda mujer que planifique quedarse embarazada debe solicitar a su médico un estudio de la función tiroidea”. Y es que el hipotiroidismo no sólo es causa de infertilidad o subfertilidad, sino que, además, afecta al desarrollo del feto y aumenta considerablemente el riesgo de sufrir un aborto durante el primer trimestre del embarazo.

El caso de Victoria es bastante más común de lo que se cree. La tiroiditis de Hashimoto es una alteración genética que afecta al 5% de la población adulta y que se produce por la presencia de anticuerpos antitiroideos. Se trata de una destrucción progresiva de la glándula provocada por anticuerpos que produce el sistema inmune contra el propio tiroides. Para el dr. Sánchez-Franco, “no tener en cuenta el factor genético es un grave error, ya que las hijas que tengan antecedentes de esta enfermedad, incluidas también algunas formas de hipertiroidismo, tienen riesgo aumentado de padecerla. Por eso, además de las pruebas clásicas de tiroides (T3, T4 y/ o TSH), se debe solicitar el “escrening” de autoinmunidad a todos los familiares”. Esta prueba, aunque parezca muy complicada, es tan sólo un análisis de sangre normal que determina la presencia de anticuerpos antitiroideos.

Pero el doctor Sánchez Franco va un paso más allá: “El punto más fino de este tema es considerar que la sola existencia de anticuerpos antitiroideos –aunque la función hormonal sea normal–, también pueda estar implicada en una menor fertilidad”. ¿Por qué es tan importante detectar estos anticuerpos? La respuesta es clara: aún con una glándula funcionando al 100%, además de afectar a la fertilidad, su sola presencia aumenta el riesgo de aborto en el primer trimestre e incluso durante los primeros días.

En cuanto a su control rutinario, las advertencias de la Asociación Americana de Endocrinólogos Clínicos son relativamente recientes. Este organismo estableció en 2002 la recomendación de practicar un chequeo completo de la función tiroidea a todas aquellas mujeres que planifiquen un embarazo, así como a las se encuentren en el primer trimestre de gestación, aunque no tengan antecedentes genéticos relacionados con esta enfermedad. El tratamiento consiste, básicamente, en ajustar “al alza” los niveles hormonales con la administración de tiroxina (que el organismo no es capaz de fabricar por sí solo) en forma de pastillas y de una forma gradual. En los casos de tratamientos ya establecidos debe considerarse la necesidad de aumentar la dosis.

LA MEJOR INFORMACIÓN

Aunque algunos estudios señalan que todavía hace falta mucha más información sobre el tema para asegurar que la ingesta de tiroxina influye en la fertilidad, lo que nadie pone en tela de juicio es la relación directa que existe entre hipotiroidismo e infertilidad. Para el Servicio de Endocrinología del Hospital Carlos III de Madrid, es evidente que el tratamiento puede tener efectos positivos en la capacidad para concebir un hijo y, además, protege contra el riesgo de aborto.

Pero el dr. Sánchez-Franco insiste en que, una vez que se consigue el embarazo, “lo más importante es que nunca le falte la hormona al feto”. Su carencia puede determinar defectos irreversibles de la función cerebral, las habilidades cognitivas, la capacidad intelectual, la memoria, la reacción... Bajo esta premisa, el médico podría llegar a establecer el tratamiento con una finalidad preventiva.

 
ENEMIGA DE LA LIBIDO



El desequilibrio de la función tiroidea no sólo acarrea síntomas físicos. Afecta de forma negativa tanto al estado de ánimo como a la libido. El cansancio y la falta de energía propios de este trastorno, no ayudan en absoluto a potenciar el deseo sexual.

Pero, por otro lado, en casos crónicos de hipotiroidismo, los niveles cerebrales de dopamina también disminuyen de una manera ostensible, lo que agrava el problema. Según un estudio publicado en The Journal of the American Medical Association (JAMA), un 43% de las mujeres que seguían tratamientos con hormonas tiroideas para tratar su disfunción presentaban un bajo deseo sexual. La revista médica recomendaba las siguientes pautas para recuperar una vida sexual saludable:
1. Comprueba que tu tratamiento hormonal es óptimo.
2. Si es necesario, incluye en tu dieta suplementos de estrógenos y de progesterona.
3. Pierde peso.
4. Practica ejercicio.


Para el dr. Sánchez-Franco, esta disfunción, además, juega en contra de la capacidad para desarrollar fantasías eróticas, razón fundamental para explicar la disminución de la libido. Desde esta perspectiva, es más difícil mantener una vida sana que, según su criterio, se basa en tres pilares: dieta equilibrada, bajo peso y una vida sexual mantenida con pareja estable.


¿CÓMO FUNCIONA?

• La tiroides es una glándula situada en la parte frontal del cuello que produce las hormonas tiroideas. Entre sus múltiples funciones, controla la producción de energía en el cuerpo, regula un gran número de órganos y es fundamental para lograr una normalidad biológica.

• Cuando la glándula produce una cantidad insuficiente de hormonas tiroideas se produce un desequilibrio que se denomina hipotiroidismo. En el hipertiroidismo, por el contrario, la producción es excesiva.

• En ambos casos, el diagnóstico se realiza a través de una evaluación clínica, generalmente por un endocrinólogo y la medición de la hormona Tiroestimulante (TSH), tiroxina T4 libre y triyodotironina (T3) libre.

• Tratamiento. En el caso del hipotirodismo se administra, por lo general, una toma diaria de hormona tiroxina. El hipertiodismo se trata con yodo radiactivo por vía oral

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